Gracias, cornudo mío, por este regalo de boda que me has hecho. En nuestra luna de miel te has portado como un buen marido; un maridito que ama a su mujer con locura y se vuelve loco por hacerla feliz, por darle lo que ella quiere y necesita. La polla de un verdadero macho porque tú no eres más que un hombrecito con pilila de niño que no puede hacer feliz a una hembra como yo.
Y además te gusta sufrir por mí, así que miel sobre hojuelas, cornudo, porque a mi me encanta hacerte sufrir. Sobre todo al ver que cuando te azoto el culo después de hacerte cornudo, tienes la polla más dura aún. Cuando más te azoto y te humillo llamándote cornudo y cabrón, más gozas y te excitas, más dura se te pone.
Aunque ni en ese caso puedes follarme porque cuando a ti se te pone muy dura, no alcanza el mínimo que yo requiero en un hombre, es decir, una polla reglamentaria, de macho de verdad, no de putita sumisa y cornuda como tú.Vas a pasar la mejor noche de bodas del mundo. La noche de bodas cornuda.
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